viernes, 18 de julio de 2008

Polaroid de Letras 14

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La canción casi perfecta “Estaciones” de Rosario Blesfari, resuena una y mil veces en mis auriculares. Pequeño rezo de una misa solitaria a la que solo yo asisto en presencia de todos.

De algún modo todo lo constituido en la vida, cumple con sus estaciones. El tiempo empuja la sangre, como lo hace con la savia, así como también con el hipo del alma.

Es fundamental podar los textos, las palabras, las letras.
Exponer menos para decir muchos más. Decir no nombrando y dejando el espacio a que la reconstrucción mental de quien lee, expanda una miniatura de signos como son las palabras a la construcción de mundos eternos e infinitos.

Los tiempos de poda son inevitables en la vida como en los textos, constituyen un definitivo encuentro con la sensatez de lo que quiere seguir siendo.

Podarnos los pensamientos, las relaciones, los vicios, las angustias, las alegrías instantáneas y fugaces, ver la savia de la verdad en llaga viva.

Podarnos las palabras, el discurso seductor, la neurótica impulsión a hablar todo el tiempo, la soberbia de tener razón, la autoflagelación de nuestros deseos.

Podar nuestros objetos, lo que tenemos, lo que no.

Jardineros de un jardín incierto, solo la poda hace reales las esperanzas de vida nueva.

La curiosidad está en que si no podamos, lo que esta enfermo contagia al resto y extingue el vergel.
El dolor de la poda, la incertidumbre por lo que queda y la inseguridad de lo que vendrá, son necesidades de sentido común, o podríamos decirlo hablando del alma de “afecto común”

Ser capaces de abandonarnos a la certeza de lo mínimo que nos deja el paisaje podado, sabiendo-sintiendo-intuyendo que la herida expuesta, es ya vida naciendo.


Al cortar, al podar, vemos la herida en “carne viva” que expone la poda. Esto solo es la evidencia de la vida en su costado mas desnudo. Muestra la cruel e invariante necesidad de renovación para seguir existiendo, obligándolo a nacer de nuevo. Es necesaria la muerte de lo que ya no es, para que sea algo nuevo. Estaciones.

En ese instante donde la realidad mas palmaria e íntegramente real, descubrimos que la vida vé.

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